Friday, July 31, 2020

¿Son Los Heterodontosáuridos, Paquicefalosaurios Basales?

Los heterodontosáuridos ("reptiles con dientes diferentes") son una familia de dinosaurios ornitisquios que fue creado por el anatónomo y paleontólogo Alfred Sherwood Romer en 1966 para agrupar a lo que por aquél entonces eran sólo 4 géneros: Heterodontosaurus, Geranosaurus, Lycorhinus y Echinodon. Hoy, se han sumado 5 géneros más y sabemos que este grupo tuvo un rango geológico que va del Jurásico temprano al Cretácico temprano, entre los 200 y los 133 millones de años.

Modelo y cráneo de Heterodontosaurus tucki, la especie tipo del grupo. Modelo de Tyler Keillor, en Sereno (2012), ZooKeys 226: 1-225.

Tradicionalmente, este grupo se sostuvo como monofilético, es decir, que todos sus miembros descendían de un único ancestro común. Y además, se solían ubicar en la base de los ornitisquios, como uno de los grupos menos derivados de estos dinosaurios.

Biogeografía y arreglo sistemático (monofilético) de los heterodontosáuridos. Tomado de Sereno (2012), ZooKeys 226: 1-225.

Sin embargo, un nuevo estudio sugiere algo radicalmente opuesto: que los heterodontosáuridos no eran monofiléticos y que en su lugar, eran un grado evolutivo que condujo hacia los Pachycephalosauria. Un grado evolutivo consiste de una serie de especies que no tienen un ancestro común único, sino varios y que además, se transforman gradualmente en otro grupo, volviéndose una agrupación parafilética (que excluye a ese grupo nuevo que deriva del anterior) y por ende, no válida para el sistema de clasificación actual. Un ejemplo de este tipo de grupo son los "acantodios", que dieron origen a los condrictios.

Ejemplo de un grupo parafilético. En rojo, los "acantodios", que como se aprecia, incluyen al grupo azul de los condrictios, por lo que Acanthodii no es un grupo válido. Algo así le pasa a los heterodontosáuridos. Ilustraciones de Kawasaki Satoshi.

Lo sorpresa más grande es ver precisamente este cambio, de estar en la base de Ornitischia "saltaron" hacia la base de Pachycephalosauria.

Nueva hipótesis filogenética con los heterodontosáuridos como grupo parafilético (en azul obscuro, abarcando desde Fruitadens y Lycorhinus hasta Tianyulong y Echinodon). Tomado de Dieudonné et al. (2020).

Si esta hipótesis está en lo correcto, se llenarían millones de años de evolución, pues los paquicefalosaurios deberían haber aparecido desde el Jurásico y todo su registro se limita al Cretácico. Pero no nos emocionemos. Esta, como toda comunicación científica es sujeto de debate entre los expertos en el tema. Por lo que más adelante veremos si esta topología (forma del "árbol") se sostiene con análisis posteriores o no. Por ahora, se da respuesta a la aparentemente inconexa relación de los grupos de ceratopsios y paquicefalosaurios, pues en este análisis Marginocefalia (el grupo que los une), queda delimitado con únicamente un carácter de la región posterior del cráneo que tambalea precariamente. Ya veremos qué sucede más adelante.

Fuente:
 P. -E. Dieudonné , P. Cruzado-Caballero , P. Godefroit & T. Tortosa (2020): A new phylogeny of cerapodan dinosaurs, Historical Biology, DOI: 10.1080/08912963.2020.1793979

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La Aventura Del "Glorioso", Un Navío De Línea Español Del Siglo XVIII. HOMENAJE A ÍÑIGO.

El Glorioso entabla su último combate con el navío inglés Russell. Pintura de Carlos Parrilla Penagos.

ESTO NO ES UNA ENTRADA COMO LAS DEMÁS. Ni siquiera estaba prevista. Realmente es un sincero HOMENAJE A UN JOVEN SEGUIDOR DE ESTE BLOG, ÍÑIGO, amante de la historia e hijo de un buen compañero y todavía mejor persona. Desgraciadamente hoy ya no está con nosotros. Él buceaba de vez en cuando en este humilde blog y me consta que disfrutaba con algunas de sus entradas. Le encantaban especialmente las dedicadas a la historia naval del siglo XVIII, por eso he decidido volver sobre el tema para analizar la increíble aventura de un navío de línea español, el Glorioso, en la mitad del siglo. Sé que el tema le encantaría. No soy creyente, no tengo fe en otras vidas, pero si creo que los seres humanos perviven, cuando ya no están, en el corazón y el recuerdo de las personas que les quieren. Estoy seguro que desde el corazón de sus padres, Íñigo disfrutará conociendo la singladura de este barco, digna de la más increíble novela de aventuras.

Pedro Mesía de la Cerda y el Glorioso

Pedro Mesía de la Cerda.
Pedro Mesía de la Cerda había nacido en Córdoba en 1700. Tuvo una vida larga y longeva para su época, muriendo a los 83 años de edad. De ascendencia nobiliaria, fue oficial de la Real Armada y término siendo Virrey en la América colonial. Así pues, su periplo vital estuvo marcado por una destacada carrera militar y política, que sin embargo, hubiera pasado desapercibida para el gran público si no es porque en el ecuador de su vida protagonizó toda una hazaña naval, que lo catapultó a los altares de la historia militar española y lo ha terminado convirtiendo en un icono del más reciente nacionalismo español, obsesionado por encontrar héroes en medio de la implacable decadencia que desde el siglo XVII hasta el XIX conoció el Imperio español.
Cercana la mitad del siglo XVIII, Mesía comandaba como capitán de navío un buque de línea español, el Glorioso, botado en 1740 y construido en los astilleros de La Habana, ya por entonces los más importantes de la corona española. Por entonces, en este astillero se utilizaban maderas nobles americanas, de inmejorable calidad. que daban valor a los nuevos buques, construidos según el sistema del marino y ingeniero naval Antonio Gaztañeta. Partiendo de sus modelos, que sirvieron de base para la construcción naval hasta mediados de siglo, se fabricaron en la época barcos que se resultaban maniobrables y de gran calidad. Dichos buques eran pieza clave en el proceso de rearme naval que los borbones habían iniciado desde su llegada al poder y cuya finalidad era recuperar el control de las rutas del Atlántico frente a los ingleses. La construcción del Glorioso fue dirigida por Juan de Acosta, que durante muchos años trabajó como constructor en el astillero de la Habana. En 1738 recibió el encargo de construir una fragata y dos navíos de línea de similares características, el Invencible y el Glorioso. Se trataba de navíos de 70 cañones y dos cubiertas. Por su tamaño y capacidad artillera, se encontraban entre los navíos de línea más pequeños y también más comunes en la mayoría de las flotas, entre 70 y 80 cañones. Con todo, su tamaño y potencia de fuego era mucho mayor que la de otros barcos más ligeros como las fragatas o los bergantines. El Glorioso, como la mayoría de los navíos de guerra españoles, tenía también un nombre religioso, que en este caso era el de San Ignacio de Loyola. Su construcción se prolongaría excesivamente en el tiempo hasta 1740, debido a las dificultades presupuestarias y al aumento de los costes respecto al proyecto inicial. Desde el primer momento, tras su botadura, el barco fue empleado en la custodia y traslado de caudales desde América hasta la Península Ibérica.


Como se puede suponer, cuando Pedro Mesía alcanza el mando del Glorioso, había acumulado una dilatada experiencia, iniciada desde se incorporación a la Real Armada como guardiamarina en 1717. Participó en los años siguientes en algunas expediciones militares, como la batalla del cabo Pessaro en el contexto de la Guerra de la Cuádruple Alianza, que enfrentó a Felipe V con el resto de las potencias europeas. Ascendido primero a alférez y después a teniente de fragata, participó en expediciones militares en el Canal de la Mancha, el norte de África e Italia. Como capitán de fragata navegó por las rutas del Atlántico y América, alcanzando la culminación de su carrera como marino al ser ascendido a capitán de navío y tomar así el mando del Glorioso. Fue bajo su autoridad, en 1747, cuando dicho buque protagonizó su particular periplo. El barco acabó destruido y su capitán fue hecho prisionero. Volvió más tarde a España, donde fue ensalzado como héroe, siendo ascendido a jefe de escuadra, continuando su carrera militar hasta su nombramiento como teniente general. La culminación de su carrera llegaría con su nombramiento como Virrey de Nueva Granada en 1760, durante el reinado de Carlos III, en cuyo cargo permanecería hasta 1772.

La carrera del Glorioso

Puerto de La Habana en 1739. F: Wikipedia.
La singladura del Glorioso se desarrolla en el contexto de la Guerra de Sucesión Austriaca, en la que se vio envuelta casi toda Europa y que se prolongó entre 1740 y 1748, momento en que se firma el Tratado de Aquisgrán, que pone fin al conflicto. En el contexto americano ese enfrentamiento se tradujo en la llamada Guerra del Asiento o Guerra de la Oreja de Jenkins, en la que Gran Bretaña y España se disputaban el control del comercio con América. Dicha guerra se desarrolló en el Atlántico y especialmente en el Caribe e involucró especialmente a las flotas de las dos potencias. La España del momento, en guerra, necesitaba imperiosamente la plata americana, que sin embargo, era motivo de codicia por parte de la flota inglesa, generalmente apostada en torno a la ruta de los barcos españoles para su interceptación. No olvidemos la importancia del botín para los barcos ingleses, muchos de ellos corsarios, que ambicionaban encontrar jugosas presas para repartirse su preciado cargamento. Se apostaban a lo largo de la ruta seguida por los barcos españoles, en las islas del Caribe, en las islas Azores, en la costa gallega o la costa de Portugal, especialmente en el cabo San Vicente.  Uno de esos barcos fue el Glorioso, cuya azarosa aventura se inició en 1747 en el mismo puerto donde había sido construido años atrás. En la Habana carga en sus bodegas un enorme caudal formado por cuatro millones de pesos de plata que debían ser trasladados a la Península.

El Glorioso en el puerto de La Habana antes de partir. Pintura de A. Vallespín.


Tras salir de América, el Glorioso llegaba a la altura de las islas Azores a finales de julio, momento en que es interceptado por varios barcos de guerra británicos, entre ellos un navío de 60 cañones, el Warwick, y dos barcos menores, la fragata Lark y un bergantín. Los tres barcos se ocupaban de la custodia y protección de un convoy comercial, pero el comodoro John Crooksanks, al mando de la flota, no podía despreciar las grandes posibilidades de botín que le ofrecía el barco español y se lanzó a su caza. Los tres barcos británicos eran inferiores al español, pero juntos concentraban más piezas de artillería y el esfuerzo merecía la pena. La fragata, más ligera y rápida, pero con menos potencial de fuego, alcanzó al barco español, que se defendió con fiereza y la hundió en plena noche. Poco tiempo después, sería el Warwick el que alcanzaba al navío hispano, pero el Glorioso se defendió bien y dañó seriamente sus palos y velamen, lo que impidió al barco inglés seguir su cacería. Tras las sucesivas refriegas, el navío español acumuló daños nada desdeñables, pero su capacidad de navegación no se vio muy afectada, ya que muchos de los desperfectos se podían reparar en alta mar. 

A la altura de las Azores, el Glorioso  inicia una carrera huyendo de la persecución de varios barcos ingleses,
 el  navío Warwick, una fragata y un bergantín. Pintura de A. Vallespin.


Con el objetivo de alcanzar la Península Ibérica el barco mantuvo un ritmo frenético y a mediados de agosto se hallaba frente a las ansiadas costas gallegas. Sin embargo, la proximidad de la costa española, lejos de dar seguridad, implicaba la posible aparición de nuevos peligros. Los navíos ingleses solían navegar con frecuencia por la zona con el objetivo de encontrar algún barco que asaltar procedente de América. El peligro se hizo realidad cuando una escuadra británica de cuatro buques apareció ante el navío español. Se repetía la historia, los ingleses contaban con barcos más pequeños pero en global sus superioridad era aplastante: el navío Oxford, de 60 cañones, la fragata Soreham y el bergantín Falcon contaban todos ellos con un tercio más de potencia de fuego. Los tres buques se lanzaron sobre el español simultáneamente y éste se batió duramente durante horas con sus enemigos, a los que infringió un severo castigo y causó graves daños. Él por su parte fue machacado en la popa, perdió el bauprés y vio dañado parte del velamen, pero pudo escapar y entrar en el pequeño puerto de Corcubión el 16 de agosto. Allí desembarcó la plata americana, cumpliendo con su misión.

El Glorioso se enfrenta a un barco inglés frente a las costas de Finisterre, Pintura de Augusto Ferrer Dalmau
 que ha servido de portada al libro "El Glorioso" de Agustín Pacheco Fernández.

Ría de Corcubión. El cabo de Finisterre al fondo.


Vicealmirante John Byng.
La necesidad de ser reparado en profundidad, algo que no se podía hacer en aquel puerto, lo condujo de nuevo al mar, en dirección al Ferrol, pero el viento le impidió tomar dicho rumbo y se dirigió entonces al sur, hacia Cádiz. Dicho itinerario era realmente peligroso, por la fuerte presencia de la marina británica en las costas portuguesas. Aunque trató de alejarse de las zonas costeras, en octubre de 1747 y a la altura del cabo San Vicente, el Glorioso se encontraba con la flota del vicealmirante John Byng, formada por un total de 10 barcos. Curiosamente, Byng sería diez años después fusilado, no por los hechos que ahora narramos, sino por su responsabilidad en la pérdida de la isla de Menorca frente a los ejércitos franceses en 1756. Al intentar huir, cuatro rápidas fragatas salieron en su busca y le dieron alcance. El navío español inutilizó a una de ellas, pero las otras tres lo castigaron con dureza durante horas hasta que llegó el primer navío inglés, el Darmouth, de 50 cañones. Para entonces, el Glorioso estaba seriamente dañado, pero aún fue capaz de disparar sus cañones con fuerza contra el buque inglés, que fue alcanzado en la santabárbara, lo que le hizo saltar por los aires, provocando la muerte de la mayor parte de su tripulación.
Sin embargo, la llegada posterior del Russell, un barco de 80 cañones, más lento y pesado, pero también más artillado, resultaría determinante en el desenlace del combate. Su mayor capacidad de fuego y los enormes desperfectos sufridos por el barco español, pusieron a éste en clara desventaja, sobre todo teniendo en cuenta que las tres fragatas inglesas aún continuaban combatiendo contra él. La lucha se prolongó durante toda una noche, hasta que sin munición y con la mitad de la tripulación muerta y herida, el barco arriababa la bandera y se rendía. La captura del Glorioso había costado demasiado cara a la Royal Navy, sobre todo teniendo en cuenta que los británicos no encontraron en su interior los tesoros que esperaban. Su tripulación y oficiales fue tratada con respeto, como las leyes de la guerra naval exigían, y el Glorioso fue remolcado hasta Lisboa, con el objetivo de repararlo y ponerlo al servicio de Inglaterra, algo que se solía hacer con los barcos apresados. Sin embargo, ni siquiera eso fue posible, los daños elevados obligaron a su desguace. El barco nunca volvió a navegar, pero sobre todo, nunca lo hizo con un pabellón que no fuera el español, lo que le otorgó aún una mayor aureola heroica. Este hecho, junto a la destrucción de dos buques británicos y la inutilización de otros muchos, así como al hecho que terminara su misión y descargara sus caudales de plata, le convirtió en un icono patriótico ya en su época.

El Glorioso es rodeado por los británicos y castigado por el navío Russel y dos fragatas. Pintura de Augusto Ferrer Dalmau.

"The capture of  the Glorioso", óleo del pintor británico Charles Brooking (1723-59). Pintado en 1747, se halla en el Museo Marítimo Nacional de Greenwich. En primer término aparece el barco español cañoneándose con el Russell. Al fondo, en llamas, el Darmouth. En segundo plano, tres fragatas inglesas.













La gesta del glorioso: un hito del patriotismo hispano

El periplo del Glorioso tuvo una gran repercusión en la España de la época, ensalzado como una demostración de valentía frente al tradicional enemigo británico. El propio Cadalso lo nombraba en sus Cartas Marruecas y de forma recurrente se volvió a él en los siglos sucesivos, con el objetivo de recalcar el valor y la furia de los marinos y soldados españoles. Hoy, en medio del esfuerzo de algunos por recuperar las glorias patrias, el Glorioso se ha convertido en todo un símbolo. Sin embargo, no nos engañemos, para desgracia del ejército de patrioteros que hoy campan a sus anchas por la cultura española (entre ellos el insigne escritor Arturo Pérez Reverte), el Glorioso era más una excepción que una norma. En la mitad del siglo XVIII, España contaba con excelentes barcos y buenos oficiales, pero los navíos sufrían un pésimo mantenimiento, las tripulaciones carecían de experiencia y preparación y el bagaje en el mar era muy reducido, con muy pocas jornadas de navegación. Por todo ello, la mayoría de nuestros navíos de guerra eran muy poco operativos. Es evidente que éste no era el caso del Glorioso. Aquellos que ensalzan su hazaña remarcan la enventualidad de que el navío se tuvo que enfrentar de forma sucesiva a varios barcos enemigos y que siempre estuvo en inferioridad numérica, también reivindican el hecho de que en la mayoría de los enfrentamientos tuvo que combatir con daños relevantes que limitaban su capacidad de navegación y combate. Todo eso es verdad. Sin embargo, también es verdad, y con frecuencia no se destaca, el hecho de que el Glorioso nunca se enfrentó en toda su singladura con un barco de igual o superior porte, tripulación y capacidad artillera, salvo en el momento de su derrota final, ante el navío inglés Russell, de 80 cañones. Tampoco se destaca un hecho importante, y es que el Glorioso siempre contó con una ventaja respecto a los barcos británicos que le asaltaban. Estos querían apoderarse del barco, no destruirlo, por lo que evitaron en la medida de lo posible disparar sobre su casco o provocar daños irreparables que le condujeran al hundimiento. El objetivo no era la victoria militar sobre un navío enemigo, sino el saqueo de sus tesoros y metales preciosos, no se podía correr el riesgo de perder el preciado botín y el barco debía rendirse sin ser hundido. De ahí que los británicos centraran la mayor parte de su fuego sobre palos y velas, intentando a toda costa inmovilizarlo. Sin embargo, el Glorioso, empecinado en huir a toda costa, disparaba al velamen con la intención de inmovilizar a los perseguidores y que cejaran en la persecución o disminuyeran la velocidad, pero a la vez no desdeñaba, cuando llegaba el momento del combate cuerpo a cuerpo, el disparar con contundencia sobre el casco de los barcos enemigos, buscando su hundimiento.
Al contrario que la mayoría de los que han tratado este tema en internet, el autor de esta entrada no ha recreado el periplo del Glorioso con la intención de buscar superhombres y recrear sus gestas. Nunca he buceado en la historia buscando héroes. Pero, cuando sin buscarlos, los he encontrado, por que los hay y existen, son de otro tipo y de otro calibre, nada que ver con hombres como Pedro Mesía de la Cerda, y desde luego muy lejanos a los que demandan los nacionalismos de todo signo, que hoy y siempre se adentran en la historia a la búsqueda incansable de ejemplos a seguir.

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Los Tatuajes Literarios Del Personal De La Biblioteca Pública De Nueva York

El tatuaje ha existido durante  miles de años , y no sorprende que los libros y la literatura a menudo sirvan de inspiración para los tatuajes. Para celebrar el Día Nacional del Tatuaje, que se celebró el 17 de julio pasado, los miembros del personal de NYPL compartieron sus tatuajes literarios y algunas historias detrás de ellos. ¿Tienes un tatuaje literario?

Cuando me hice este tatuaje, estaba bastante claro que sería un idiota para siempre. Varios años después, escribí un ensayo sobre Matilda que me ayudó a ingresar a la escuela de posgrado en ciencias de la biblioteca. No hace falta decir que ha sido una fuente de inspiración desde que la conozco. (Emily Pullen, Asistente de compra de libros en The New York Public Library Shop).


De hecho, tengo bastantes tatuajes literarios, todos los cuales presentan personajes femeninos fuertes. Este tatuaje en particular es el único arte de palabras que tengo, y proviene de un poema de palabras habladas de Elizabeth Acevedo. Hice que mi propia madre escribiera las palabras, que el artista luego transfirió para crear el tatuaje. (Kaitlin Frick, bibliotecaria principal para niños de la Biblioteca de la calle 53).

Este tatuaje está inspirado en dos de mis poemas preferidos de una de mis colecciones de poesía favoritas de todos los tiempos, "Where the Sidewalk Ends", de Shel Silverstein. Ambos poemas (y el trabajo de Silverstein, en general) han resonado a lo largo de mi vida, y se han quedado conmigo como fuentes de inspiración y aliento. La imagen de la vela adorna la primera página del libro, junto con un poema titulado "Invitación", un hermoso poema que invita a personas de todos los ámbitos a entrar, suspender creencias, expandir su imaginación y leer. (Katrina Ortega).

El retrato de Franz Kafka fue mi primer tatuaje (me he hecho unos 12 más desde entonces). Siempre me había relacionado con su humor, cinismo y narraciones absurdas. ODB y Robocop ahora lo acompañan en mi brazo para representar la santa trinidad de la literatura, la música y el cine. (Joey Leyko Picciotto, Asistente de Información de la Biblioteca en la Biblioteca Stapleton).

Cuando era más joven e inmerso en la serie A de eventos desafortunados de Lemony Snicket, solía dibujar el símbolo del misterioso grupo VFD en mi tobillo con Sharpie todo el tiempo. Tenía veintitantos años cuando finalmente conseguí la tinta de forma permanente. Sirve como un símbolo para apagar cada fuego que pueda, y siempre llevar un libro conmigo a donde quiera que vaya. (Atticus Sutcliffe, asistente de información de la biblioteca y servicios para adolescentes en la biblioteca de City Island).

"Nos deleitamos en la belleza de la mariposa, pero rara vez admitimos los cambios que ha experimentado para lograr esa belleza". Maya Angelou. La mariposa es mi zen y describe la esencia de mí. (NYPL Library Information Assistant).

Me hice este tatuaje poco después de comenzar con el NYPL para celebrar la culminación de todo mi trabajo en las bibliotecas antes de mudarme a Nueva York. ¡Fue diseñado por el bibliotecario Andrew Fairweather! (Allie Affinito, Bibliotecaria de Niños de la Biblioteca Chatham Square).

Tatuaje de Sarah West, Bibliotecaria de Niños en la Biblioteca St. Agnes.

Mi tatuaje es de una cita de The Graveyard Book, de Neil Gaiman. En la escena de la que proviene la cita, Bod habla sobre los fantasmas de las personas que se han suicidado con su cuidador, Silas. Él le pregunta a Silas si están más felices ahora, y Silas le dice que no lo están, porque "a donde sea que vayas, te llevas contigo". Me hice este tatuaje después de terminar mi tesis (¡que era sobre los libros de Neil Gaiman!), Tanto como un recordatorio de lo que he logrado, y como un recordatorio de que donde quiera que vaya, estoy atrapado conmigo mismo, así que Mejor hacer cosas que me hagan feliz. ¡Hasta ahora, el recordatorio ha resultado útil! (Michelle Vacchio, aprendiz de bibliotecaria infantil en la Biblioteca Aguilar).

Me gradué de la biblioteca de la escuela! (Jennnifer Minehardt, Bibliotecaria de Niños en la Biblioteca de la Isla Roosevelt).

He estado trabajando en la Biblioteca desde que tenía 15 años. No recuerdo cuántos años ya había trabajado para la Biblioteca cuando me hice este tatuaje, pero acabo de cumplir 21 años en enero. La Biblioteca ha sido una gran parte de mi vida, incluso antes de comenzar a trabajar aquí, por lo que tiene mucho significado para mí. Eventualmente, me gustaría tener el nuevo león de NYPL cerca de este, para poder tener Paciencia y Fortaleza. (NYPL Library Manager).

Realmente disfruto The Book Thief ,de Markus Zusak , y estaba viendo la versión cinematográfica cuando se decía "las palabras son vida", y no podía sacarlo de mi cabeza. Después de algún tiempo en la industria editorial y ahora asistiendo a la escuela de la biblioteca mientras trabajaba para NYPL, la frase todavía suena cierta. (Colleen Gibson, asociada de redes sociales de NYPL).

Mi mejor amiga de la universidad, Lauren, no parecía del tipo "nerd" cuando nos conocimos, pero finalmente nos unimos a nuestro amor compartido por Harry Potter cuando me vio mirando una página de fans en mi dormitorio. La publicación de la página de fans tenía una foto de Snape, y ella dijo: "¡Amo a Harry Potter!" Más tarde decidimos hacernos un tatuaje de estilo de escritura "Siempre" debido a ese momento, con diferentes motivos de Harry Potter porque siempre seremos amigos y siempre amaremos a Harry Potter . (Katelynne Lawson, aprendiz de bibliotecaria infantil en el Centro de la Biblioteca de St. George).

Fuente: NYPL

VÉASE ADEMÁS:

BIBLIOTECA PÚBLICA DE NUEVA YORK

HISTORIA DE LOS TATUAJES

Tatuajes literarios: las letras sobre la piel

Pasión por los libros, fanatismo por personajes fantásticos... ¿Qué lleva a los lectores a tatuarse imágenes y frases de sus obras preferidas? ¿Qué tatuaje te harías?

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